sábado, 30 de agosto de 2008

Cuando preta la calor

Recuerdo un dia a las seis de la tarde en medio de la ola de calor africano. Incluso a la sombra hacia un calor horroroso. Subiendo la avenida 2008 veia a la gente derretida, con gesto de agobio, abanicandose con los folletos de los pabellones. Aquel dia no se podia estar ni a la sombra.

Afortunadamente, la ola se fue pero no el calor y aunque en las ultimas semanas Manolillo ha estado mas Clemente, la verdad es que en Zaragoza hace calor (también recuerdo hace 16 años visitando Sevilla y... caramba).

¿Que podemos hacer cuando preta la calor en mañolandia?. Lo primero, seguir las recomendaciones de la megafonia: beba agua, protéjase del sol, mantengase a la sombra.

El primer dia que pase entero en la Expo me eché a la mochila la crema solar. Sali de casa bien embadurnada y me volvía dar a mediodia. Es algo que mi piel agradeció y, de hecho, este año no me he quemado. Luego he ido abandonando esta buena costumbre pero la conclusión es que tomarse en serio lo de "tu me das cremita" es muy recomendable.

Una vez allí, cada uno se busca la vida como puede. Lo ilustraré con fotos.

El toldo de la avenida 2008. Aunque a veces no lo parezca, en esta zona el sol pincha menos que en las plazas temáticas.



Aprovecha cualquier rinconcito con sombra. Si sois muchos pues... apretaros.


Se agradece cualquier rayito de... sombra. No es facil encontrar bancos libres y menos con sombra, y suelen estar ocupados por los yayos, como en el resto de Zaragoza.


Los paraguas están a la orden del dia. Llevate uno de esos que ocupan poco para cuando estes en una cola o la cosa se ponga cruda. Aun mejor, el modelito de abajo.



Opciones para refrescarse: Estos vaporizadores que estan junto al pabellón de Aragón. Mas abajo, la fachada de la Comunidad del Caribe, con una cascadita que refresca el ambiente a su alrededor. Vale para tomarse un respiro.


Y para acabar, un par de sitios en la zona de Plaza Expo. Por la tarde, la sombra que proyecta el Palacio de Congresos hace que no quede ni un banco libre. Bajo la pasarela que sube a la Torre del agua, hay un rinconcito ideal para sentarse a comer o merendar.




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