Tal como prometí, he aquí la crónica del concierto de campanas del martes contada desde dentro.
Aparecí por uno de los campanarios (en el que tenia enchufe) a eso de las 21:00 y subí arriba con campaneros y tamborileros para hacerles fotos y videos. El espacio era mucho mas estrecho de lo que habia imaginado. Cada uno tenia su puesto y funcion ya ensayado y un numero del 1 al 6. En la escalera se dispusieron los tambores de la cofradia de la Dolorosa. Eran los unicos de los grupos de tambores que en la parte final de la funcion no irian hasta la plaza del Pilar para encontrarse con los grupos de las otras torres.
Habia habido un par de ensayos con palmadas, un par de visitas a las torres para familiarizarse con las campanas y alguna reunión.
Habia emoción y tensión en el ambiente. Se repartieron tapones para los oidos, ya que una hora bajo el sonido de las campanas puede ser muy dura. A las 21:10, 21:15, 21:20, 21, 25 y 21:29, Pepa, una de las campaneras gritó los minutos que faltaban como si fuesen los cuartos de las campanadas de fin de año. Sonaron los tres petardos. Ecos lejanos de campanas se empezaron a escuchar y a los 26 segundos tocó el turno de la torre inclinada de San Juan de los Panetes. Primero unos toques sueltos y poco a poco mas seguidos hasta crear una especie de melodía.
Hice fotos y videos durante poco mas de cinco minutos y luego me marché, antes de que empezaran a tocar los tambores y ya no pudiera salir. En la calle ya llovia a cántaros, y yo sin paraguas. El sonido de la orquesta de tambores y campanas salía de la torre y se mezclaba con las campanadas que venian del Pilar y la Seo. Corrí hasta el porche, que ya estaba a reventar de gente resguardada.
Fue una pena lo de la tormenta porque lo ideal habria sido poder pasear por la zona escuchando los sonidos que salían de los distintos campanarios. Ademas, la aglomeración de gente hablando era un obstáculo para apreciar bien el efecto aunque, por otro lado, los rayos y truenos (hubo dos o tres tremendos) hicieron las veces de efectos especiales que acompañaban a la perfección. Pero no habia mas remedio que apretarse debajo de los porches de la plaza si no querias acabar como una sopa. Cuando ya habia alcanzado mas o menos la mitad de la plaza cayó una tromba tremenda. Pero yo estaba empeñada en culminar mi aventura campanera y cuando aflojó un poco continué en direccion a Jaime I. Allí encontré un "Todo a 100" abierto y me compré un impermeable.
Por allí pasó un grupo de tambores empapados y bastante confusos. No tenían ni idea de si se habia suspendido la tamborrada final en la plaza del Pilar, si sus compañeros seguian tocando o que habia pasado o iba a pasar.
Paseé por las calles del casco buscando las Iglesias donde, segun el plano, habia campanas sonando. San Gil, Santa Cruz, San Felipe... por la calle Alfonso bajaba un grupo de valerosos tambores tocando bajo la lluvia mientras a nuestro alrededor las campanas de distintas iglesias seguian sonando. Estaba chulo. A 5 minutos de acabar alcancé de nuevo San Juan. Justo para oir la traca campanera final y el último petardo.
Mientras tanto, la lluvia habia ido parando y ahora lucía una tranquila noche estival. Los campaneros y tamborileros abandonaron las torres. Entonces empezó el intercambio de experiencias y anécdotas:
- La lluvia se habia metido de tal forma en los campanarios que ellos acabaron empapados y las partituras deshechas. En algunos casos, las imagenes que describían eran increibles, con el director dirigiendo en medio del chaparrón sin apenas ver a causa del agua. (en la imagen, los restos de la partitura del solista de San Gil).
- Hubo campanarios que incluso tuvieron que parar.
- En la Seo cayó un rayo sobre una campana. Aunque afortunadamente no pasó nada grave, se llevaron un buen susto, se fue la luz y tuvieron que "abortar la operación".
- En otra Iglesia una campanera se cayó y se tuvo que marcharse a casa.
- En otra Iglesia no escucharon los petardos iniciales y empezaron "a ojo de buen cubero".
- En otra tuvieron problemas con las cuerdas y cadenas de los badajos, a los que les dio por romperse.
-Y , porque no decirlo, hubo grandes alardes de capacidad de improvisación, especialmente cuando las partituras ya eran ininteligibles.
Todas estas historias y muchas mas fueron saliendo durante el picoteo que hubo despues en el ayuntamiento. Al mismo asistieron el compositor de la obra y el alcalde, que fueron recibidos con un gran aplauso.
Y a mi me pareció fatal que no se hiciera lo mismo con los heróicos campaneros que habian sacado adelante el invento a pesar de las innumerables dificultades y que empapados, agotados y cenando un bocadillo de jamón con tomate observaban como todo el mundo aplaudia, achuchaba y hacia la pelota a los próceres del asunto.
Otra cosica más: auque se ha vendido que todos los músicos y directores de los campanarios eran del conservatorio profesional, habia bastantes personas miembros de coros de Zaragoza y, por lo que he oído, tambien chavales del colegio de los Infanticos. Y, por supuesto, hay muchas mas cosas que se de los ensayos, etc, etc, que me vais a permitir que me guarde para cuando vaya a "la Noria", je,je.
Un link a una noticia con inicio del concierto incluido
aqui.
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